sábado, 31 de marzo de 2012

Cerca del Ayer.


Te escribo desde lo oscuro de mi pensamiento,
en la gota de color negro que se resbala por mi ventana,
las cortinas ocres, el sentimiento espeso.

Ojalá mis palabras te canten por las mañanas,
que mis muertes te den vida en las tardes,
espero que mis ojos te vean,
ruego porque mi alma te acaricie el cuello.

Hasta que la promesa de la lluvia se seque en el pavimento,
el vapor de nuestros anhelos sean viento
y el viento sea bueno con nosotros, nos traiga versos,
nos arrulle el cuerpo.

Y si tenemos suerte nos quedemos hasta tarde,
un poco más después de las doce
un poco menos antes de las once.

Un tanto hasta que los pulmones no necesiten aire,
y seamos brisa, seamos promesas cayendo en nuevos suelos,
secándonos en otros pavimentos,
muriendo hasta morir bien y viviendo hasta vivir mejor.