Estoy tan cerca de amarte
de saltar la cerca que divide nuestros patios,
que nos aterroriza tirar abajo.
Desde que lanzaste tu pelota a mi pasto
yo ya no dejo de pensar en ti,
desde aquí escucho tus risas
desde aquí se me derriten las vidas que no te doy.
Yo estoy tan dispuesta,
a destruir la cerca
si tú me aseguras que vamos a acabar
construyendo nuestro hogar
con los pedazos de madera restante.